viernes, 29 de marzo de 2013
El frío de las gotas de agua que recorrían de arriba a abajo el cartón en el que dormía un envejecido hombre,muy delgado, con los ojos tristes y cansados, se deslizó hasta su arrugada piel,haciéndole abrir uno de sus ojos azules, el hombre se sentó sobre su único hogar, un pedazo de cartón y perdió la mirada en el horizonte, donde las personas hacían su vida diaria, cogían el autobús, el taxi, llevaban a sus hijos al colegio...El anciano recordó sus viejos tiempos, en los que gozaba de juventud, tenía un trabajo y una familia, era feliz.
Una voz que decía "hijo, apártate de ese vagabundo" le hizo volver en sí , agachó la cabeza tristemente, no podía creer, cómo, el tiempo pasa y las cosas cambian, cómo la gente juzga sin saber nada, solo la apariencia, el pobre hombre se levantó y comenzó a andar sin descanso, sin rumbo, hambriento, cada cierto tiempo, se paraba en una fuente que encontraba a su paso y bebía un trago de agua, hasta que llegó a un sendero y comenzó a andar por él, hasta llegar al mar, a un acantilado lleno de rocas, siempre había soñado con contemplar el mar durante horas, sentado en una roca, porque así solo estaban él, la roca y el mar, unas lágrimas rodaron por las mejillas de aquel hombre, que con la mirada perdida en el horizonte del mar,contemplando asombrado lo maravillosa que es la naturaleza por sí sola,este fue su último pensamiento, antes de que los latidos de su corazón dejaran de sonar y dejase de respirar.Nadie se hubiese imaginado jamás, que este pobre hombre, era profesor de ciencias, que tenía una familia que murió en un accidente, él se salvó, todo un milagro, y dejó de trabajar debido a un trauma psicológico, utilizó todo su dinero en hacer el mejor funeral que su familia pudiera tener. Este anciano murió acostado en una roca, frente al mar, con nada más que su ropa, sin dinero y hambriento.
Es increíble,como con el tiempo las cosas cambian.
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